El otro día estaba mirando por mi biblioteca habitual y me pasé por la sección juvenil e infantil y descubrí este libro, el cual me llamó la atención, era un libro que conocía de oídas desde la más tierna infancia incluso no sé si llegaron a hacer unos dibujos animados, los recuerdos son muy vagos.
Pero por lo que lo escogí fue sin duda por el autor: Michael Ende. De pequeño en el colegio me hicieron leer dos libros suyos: Momo y La historia interminable que me causaron los dos una honda impresión; Momo primero y un curso o dos después La historia interminable.
Ambos son libros para niños como la mayor parte de la obra del autor “o así tengo entendido” aunque también tiene obra para adultos, al menos cuentos.
Los dos libros son para niños algo mayores, el segundo incluso para preadolescentes, las sensaciones que me provocaron me parecen difíciles de describir, pero hay que decir que contienen fantasía pura pero a la vez son educativos y contienen mensaje que para mí es lo mejor la combinación de ambas cosas y más, desde entonces el autor alemán cuenta entre mis favoritos de la literatura de cualquier tipo.
Hace algunos años leí también otra obra del autor: El ponche mágico que era más infantil que las otras dos obras pero que me divirtió sobremanera, en una tarde lo leí.
Jim Boton y Luacasv el maquinista data del año 1961 y realmente es para niños muy pequeños, puede que fuera de las primeras novelas del autor, en principio tiene una continuación: Jim Boton y los trece salvajes. Que una vez leído el primero debe retomar las aventuras de sus personajes a raíz de unos cabos sueltos del primer libro de Jim Boton. Y que tarde o temprano caerá en mis manos.
Jim Boton y Lucas el maquinista tiene un lenguaje muy infantil, pero es un libro con mucho contenido y que gracias a cómo va revestida la obra llega a los más pequeños, pero que despojado de sus vestiduras lleva un montón de ideas y una trama que los niños deben seguir y que a diferencia de otros libros de su estilo “ o también como otros muchos libros de su estilo” busca educar y contiene valores digamos universales, pero son unos valores sin una ideología aparente pero con los que el autor demuestra ser un gran humanista, ya que sus libros podían llegar a cualquier rincón del globo sin provocar rechazo, superando las barreras culturales o religiosas que pudieran haber, o así lo veo yo al menos. Siempre que no caigan en manos de adultos que quieran adoctrinar o conducir a los niños por lugares transitados por el fanatismo ideológico, cultural y religioso como pasa en algunos lugares del mundo.
El libro trata sobre los dos personajes del título y de muchos más que nos presenta o con los que se van encontrando. Desde la presentación del pequeño país de Lummerland hasta situado con sus personajes para llevar al pequeño Jim Boton “siempre acompañado por Lucas el maquinista que pasaría por ser el personaje adulto protagonista” hacía un viaje tal vez iniciático como en tantas obras, o de descubrimiento del ancho mundo “ y también del mar” y siempre acompañados por la locomotora Emma, por un mundo fantástico en el que tienen que resolver el asunto que le da el contenido al libro y sirve como excusa para pasearnos por mundos de fantasía y oníricos, siempre comprensibles para el niño más pequeño; hacia el que va dirigida la obra, “ por supuesto ya debe poder leer y razonar”. Para mostrarnos unos valores como la amistad y el amor o el cariño hacia los semejantes, da igual la raza, el credo o la cultura, todo dirigido hacia un niño sensible y gracias a las aventuras interraciales e interculturales que nos muestra a lo largo de sus páginas.
El libro para mí tiene un carácter extraordinario en la unión de dos temáticas con las que no siempre se sale exitoso: la fantasía pura junto a algo como la amistad y que también será tema recurrente para el autor en los otros libros que he nombrado antes.
Y el desenlace de la novela deja cabos sueltos como ya comenté tras solucionarse la trama principal con lo que la cosa no acaba aquí.
Yo recomiendo a los padres que se preocupen por la formación de sus hijos al nivel más humano, y que tengan algo de inquietud vital que hagan que lean las obras de Michael Ende y si puede ser por el siguiente orden: Jim Boton,- El ponche mágico,- Momo,- y,- La historia interminable. Intercalados claro está por otras lecturas y a medida que el niño vaya madurando. Porque los valores que contiene Jim Boton se reafirmarán y cambiarán de forma así como no en su contenido más profundo, porque son universales tanto para niños como para adultos.
Y que este libro entre otras cosas como la música, las artes plásticas o manuales llegarán al niño y servirán de complemento a su educación.
Y así la galería de personajes que nos presenta Jim Boton y Lucas el maquinista puedan quedar así en el corazón de niños como mayores y favorecer el desarrollo de la imaginación.
E.
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