Este es el disco con el que comenzaba o se abría el metal como género musical.
El Principio. Es del año setenta, han pasado cuarenta y cuatro años y no suena viejo en absoluto (a la manera de Deep Purple) sino atemporal como los propios discos de Led Zeppelín; incluso además de atemporal como los de estos demiurgos del rock, a los que por otra parte les podría haber escrito una tesis doctoral cualquier aficionado a su música y perdón por el inciso, sería actual además de atemporal volviendo a Black Sabbath y su música.
La duración del álbum es de unos cuarenta y dos minutos, lo que acostumbraban a durar durante el clasicismo del rock y es, creo, lo que deberían de durar, también sometidos eso sí a la dictadura de los vinilos. En los últimos veinte y pico años los discos normales duran sobre la hora que según cada grupo puede resultar excesivo, o no.
Y hablando del disco en sí que comentamos, decir que es el único que tengo de la banda y el único que he escuchado y que me ha impresionado vivamente. Espero adquirir más discos de ellos, no solo los de la banda con Ozzy Osbourne como vocalista, sino que me gustaría probar con los de Ronny James Dio, a ver que tal..
El nombre del grupo ya da para hablar; se les ha acusado de satanistas, cosa que parece no ser cierta según tengo entendido, lo cierto es que el sonido es denso y oscuro, incluso siniestro, en parte por todo esto y otras impresiones personales, tengo una fuerte creencia en la utilización de drogas por parte del grupo a la hora de la composición, bajo sus efectos o al menos bajo su influencia, tema recurrente este también. Esto por las ideas y imaginería que emana del álbum. La portada y la contraportada muestran a un tipo extraño tal vez entre alucinado y demente, disfrazado de guerrero con casco, escudo y espada, que podrían ser de juguete, en unas imágenes como si se estuviera desplazando por el plano mediante imágenes movidas. Esto podría sugerir algo sobre el nombre del álbum.
El disco consta de ocho temas y los cuatro primeros sobretodo, es de lo mejor que yo he oído últimamente, no baja la calidad en los otros cuatro o cara B del álbum. Lo que pasa es que la cara A es definitoria de su estilo y de muchas cosas que vinieron después.
War Pigs podría ser un alegato antibelicista y me parece una gran canción, simplemente, un inicio realmente bueno.
Paranoid un tema corto y definitivo que es como debía sonar en aquella época una innovación de esta magnitud,y lo que ha influido a generaciones y generaciones posteriores aunque esto se puede aplicar a todo el álbum, una canción sencilla en su composición e impactante que enerva y es toda una declaración de intenciones, y tal vez paranoico podría ser el personaje de la portada. Algo retorcidos si que podían ser Black Sabbath en realidad.
Llega la paz pero no la placidez con Planet Caravan, se le podría llamar balada en alguna interpretación amplia del término o psicodelia interpretada a su particular manera.
Iron Man según se escucha a alguien se le podría “ he dicho podría” considerar satánica ya desde las voces guturales en su inicio. Pero es una pieza brillante, una gema, encontrada dentro de la variedad que compone el álbum.
Ya lo he comentado, la segunda parte del disco podría no parecer tan buena como la primera; lo que pasa es que no impacta como esta, acostumbrados ya a su sonido, o una vez eliminado el factor sorpresa. Pero sinceramente es lo que me gustaría encontrarme en más discos de Black Sabbath cuando los conozca.
Elctric Funeral y Hand of Doom ¿se podría haber cogido la denominación de Doom Metal del título de esta última canción?
Rat Salad es otra canción corta y intensa, instrumental por una parte y sirve para introducir el solo de batería de Bill Ward donde demuestra su pericia e imaginación y el oyente en repetidas escuchas va captándolo en toda su intensidad. También habría que hablar del Moby Dick de Led Zeppelin del año anterior de idea y estructura muy parecida.
Y para acabar Fairies Wear Boots que es otra gran canción como todas las del álbum y me parece bien escogida para finalizar el disco, es una nueva canción del estilo que estaban creando o en parte, con un final abierto y la música en descenso hasta apagarse al fin.
Además de Ozzy Osbourne como vocalista y Bill Ward como batería la banda cuenta con el gran Tony Iommi “el hombre de negro” gran guitarrista con grandes y embrujadores riffs. Y Terry “ Geezer “ Butler al bajo que además era el letrista de la banda, y para escuchar bien su labor como bajista y en general las sutilezas del disco, sería bueno escuchar esta obra en un buen equipo de música “ dentro de lo posible “ Aunque esto último podría hacerse extensible a toda la música. O tal vez solo a la buena.
E.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada