En Barcelona coger una ola dura unos quince segundos no cómo en el Atlántico que dura cuarenta. Pero a pesar de ello Quicksilver ha abierto en la Barceloneta una de sus pocas tiendas de surf y skate del mundo justo al lado de una escuela de surf, y pasa que el viento de Levante trae consigo buenas olas.
Hay veinte días al año buenos para que los pros (expertos) puedan surfear y unos sesenta para los aprendices. Pero aunque no todo el mundo respeta los códigos los temporales hacen disfrutar mucho a los surferos.
Barcelona es una referencia en la bicicleta, en comer tapas de lujo y en las asociaciones cannábicas; vamos que aparte de fumar es también por las olimpiadas por lo que es mundialmente conocida y es por todo esto que Quicksilver ha apostado por ella. Y es que el mar Mediterráneo no es tan tranquilo cómo la gente se imagina ya que hay olas de dos metros (consideradas buen oleaje), para que los surfers puedan sentir la felicidad de disfrutarlas.
Lo único malo es que en Barcelona hay que esperar a que llegue el día propicio para surfear y cansarse.
J.C.V.
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