25 de febrer del 2013

EL ACOSO A LA TAUROMAQUIA



Los antitaurinos que no coman carne, esto es lo mínimo que se les podría exigir para que fueran coherentes con su ideología y con lo que demandan, antes de nada deberían saber que a los animales que sirven para nuestro sustento, hasta hace poco o en muchos casos los abrían en canal estando vivos “ahora con un poco de suerte los aturden antes del sacrificio” para que después nosotros vayamos al supermercado y nos aprovisionemos de hamburguesas o de ricas chuletas.

Los pollos y cerdos son alimentados y cebados en unas condiciones, que estos defensores de los animales no deberían tolerar; confinados sin poder moverse a lo largo de su corta vida y muchos mueren de ataque al corazón dado a las condiciones en las que viven.

No digo que la tauromaquia no sea cruel en cierto sentido, pero se ha de comprender que los toros de lidia son una raza creada para eso y que viven en libertad o semilibertad toda su vida hasta llegado el momento definitivo, no padecen estrés y gozan de una muy buena alimentación entre otras ventajas.

Yo no soy aficionado a este arte aunque lo respeto, y aunque no comprenda sus liturgias y su mundo en general, ya que para mí el transcurso de una corrida viene a ser siempre lo mismo o con pequeñas variaciones, creo que debes conocerlo desde bien pequeño o estudiarlo a fondo con todas sus sutilezas durante muchos años para convertirte en un entendido, al igual que puede pasar con muchos estilos de música comenzando por la clásica, valga la comparación, o llegar a comprender muchas culturas orientales o cualquier otra cultura que no sea la propia o pueda resultar ajena.

En esto de los toros aparte del acoso de los guiris, ajenos totalmente al arte del toreo, se suman ciertos intereses políticos en los que no quiero entrar, dentro de España, pero que todo en el fondo se reduce a una lucha interna política y social, entre varios actores políticos y lo que se pretende es joder al contrario tanto de parte de unos como de los otros, y claro los toros es una de las manifestaciones culturales más susceptibles de ser criticadas. En España, esto no deja indiferente, y todo esto podría no tener sentido si se observa el éxito del toreo en el sur de Francia, donde ya lo han acogido como algo propio, y ya solo les queda tener toreros de primer nivel, también la tradición de la corridas de rejones en Portugal, y que el toreo es propio también en muchos países de Latinoamérica y los toreros cruzan el atlántico para a ir a uno o al otro continente a cada lado del mar como ya he dicho.

Los animales sí sienten, y padecen, también padecen los toros en las corridas y mucho.
Visto desde este punto de vista más oscuro del mundo de la fiesta, lo cierto es que sobretodo nos fijamos en los pases y la faena del torero y ayudantes en general.
Tal vez todo sea un conjunto con sus factores positivos y negativos que es lo que le da ese magnetismo y magia que para los entendidos tiene este arte.

Tal vez no sea una barbarie como dicen algunos, pero sí que es un arte cruento por decirlo así. Tampoco hay que llegar a los extremos a los que han llegado algunos políticos o gente del mundo de la farándula últimamente de un signo y del signo contrario; pero no sería ninguna novedad viendo como están las cosas, que sobrepase lo razonable para convertirse en instrumento político de los unos y los otros.

Si que estoy de acuerdo con los toros porque en este mundo hay cosas mucho más importantes de las que preocuparse, y no solo los derechos de los animales, hablando claro. Además que el toro de lidia tampoco es una especie en extinción que dado el caso sí sería de criticar; más al contrario sin el toreo el toro de lidia desaparecería.

Pero pongamos el ejemplo del hambre en África donde tantos niños mueren de hambre, enfermedades y otras miserias sin que nadie mueva un dedo, entonces me parece risible que algo como los toros ponga en pie de guerra a los guiris y a ciertos sectores de la ciudadanía del país que parece que no tienen otras preocupaciones existenciales u otra cosa en que pensar, cuando los gobiernos y economías occidentales viven de la miseria de estos países y su incapacidad de defenderse de nuestro civilizado occidente.
Así que si somos así de rectos y reivindicativos en el tema este de los toros no quiero verles, y repito, comerse una hamburguesa ni llevar ninguna prenda de piel.

Los animales sienten y padecen como he visto en el artículo del diario que he estado leyendo y que me ha inspirado este otro. Pero no más que las personas, que sí son de nuestra especie y que lo están pasando tan mal, ya que tenemos un nivel de consciencia superior a casi el de cualquier animal.

Y esto del sufrimiento de nuestros congéneres no solo pasa en el extranjero; ese mundo que nos parece tan extraño. Sino también en nuestro propio país donde vistas las circunstancias, hay personas que lo están pasando tan mal. Y eso sí, cada vez más y peor.

E.

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