El amor, un sentimiento y estado anímico tan importante para el equilibrio y bienestar físico, psíquico y psicológico, a veces tiene cauces, vías, que parecen lineales y de repente se rompen provocando en la persona un shock emocional.
Cuando alguien a quien has dado todo no corresponde o cambia su actitud frente a ti pasando del amor al desamor, lo más íntimo y profundo de uno se remueve y se abre una llaga en el corazón.
El llanto, como forma de desahogo, puede servir de catarsis momentánea, pero dentro de ti se instala la desazón, la angustia, la tristeza y continuas ganes de llorar en forma de nudo en el pecho que te acompaña hasta que alguien o algo consigue darte una alegría o enviarte y transmitirte el amor que te falta.
Pero es como una herida abierta. Me pregunto si estas heridas del alma tienen cura o si siempre quedará una cicatriz como señal del amor que murió.
Pero la esperanza me dice que hay muchos amores que vivir y mucho que dar y recibir todavía.
En eso confío.
Lida
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