Después
de finiquitar la carrera del grupo madre, los tres miembros supervivientes
tomaron caminos divergentes “más o menos” con una carrera también más o menos activa,
hablaremos básicamente de los firmantes del disco, sobre el mismo y sobre su
trayectoria.
Robert
Plant tuvo y también tiene una carrera importante como solista, todo a pesar
del problema de su voz que fue degenerando en cuanto a calidad; le operaron de
la garganta sobre el año 74 calculo yo, y durante los 80 hasta la actualidad su
capacidad vocal no era ni una sombra de lo que fue.
Jimmy
Page estaría en un caso parecido en su condición de guitarrista haciendo un mal
papel “por decirlo así” con los Honey Dreapers donde colaboraba con otros
músicos prestigiosos, pero como contrapartida si que mostró genialidad en el
único disco a su nombre el Outrider, un disco infravalorado, en parte por el
tipo de sonido de la época “los 80” .
El caso
es que su unión para un proyecto conjunto con el afamado vocalista David
Coverdale, Coverdale-Page en el 1993, que podría decirse en parte mediocre pero
disfrutable para los fans, puso en movimiento a Plant con respecto a su antiguo
colega; así el directo No Quarter, respetable como espectáculo gracias al
movimiento de músicos para ponerlo en marcha, pero donde el dúo protagonista
hacían el ridículo cada uno por su lado, y datado en 1994. He dado estos datos
básicamente para llegar al disco que quiero reseñar.
Apareció
en 1998 y yo escuché una canción por la radio que me sorprendió “Most High” que
junto con la curiosidad hizo que me comprara el disco de inmediato.
Hay
opiniones controvertidas de que podría ser una continuación y el camino natural
tras el “ In through the out door” pero veinte años después, y es un error a mi
parecer, porque es imposible llegar a aquellos niveles de aquella etapa pasada
en cuanto a muchas cosas, también mencionar que el grupo tenía defectos
importantes, pero eso no quita toda su influencia en la música popular
posterior.
Pero el
disco en sí, es un gran retorno con un bajista y un batería jóvenes, uno de
ellos el yerno de Robert Plant por cierto; es un disco con una imaginería nueva
y muy especial desde ya la portada, y muy ambicioso además pero que no acaba de
cumplir sus objetivos en cuanto a la calidad de las canciones y de dar un giro
revolucionario en su carrera, eso sí, es un gran disco pero con grandes
carencias, aunque si que se observa que es una recopilación de ideas de toda su
carrera con dignidad y talento, y aunque lo pensaba dejar para el final del
artículo¡el que tuvo retuvo!.
Se
observa una mejora en la forma de tocar de Page a lo mejor consciente de sus
limitaciones o a lo mejor porque es distinto a todo lo anterior y el propio
Plant también canta mejor, utiliza bien su voz porque tiene talento y porque es
gato viejo al igual que su antiguo colega.
El
disco dura como una hora, no como los discos clásicos y nos quiere ofrecer todo
un abanico de canciones bajo un prisma nuevo. Doce en total y quiere tocar
también muchos palos, todo bajo ese prisma.
He
hablado al principio de Most High la canción que finalizaría la cara A. Y
realmente es el mejor tema del disco, o su single más remarcable. Para que se
hagan una idea; querían repetir el Kashmir, “una monstruosidad” épica, pero en
esta nueva canción el sonido insinuado de música de la India queda transformado en
algo que suena totalmente oriental desde Marruecos a la misma India pasando por Egipto, y una sinfonía
desbordante de canción que podría tener su raíz
en el disco No Quarter en directo y las canciones orientalistas Kashmir
y Four Sticks, que fueron estructuras o armazones con un relleno de orquestas
de músicos marroquíes y egipcios.
Me
gustaría como ya he hecho en otras ocasiones ir tocando los temas de este
álbum, en solitario o agrupados, eso ya se verá según el estilo, sonido o
circunstancias varias.
Son
doce temas, un intento de retorno serio y sonado, aunque los resultados sean
irregulares.
Shining
in the Light abre el disco y es una canción a su estilo particular, a medida
que se va desarrollando, se aprecia más, pero tanto el fondo como el envoltorio
o arreglos necesita de algo, no,no la podría haber compuesto cualquiera.
When
the world was young la agruparía junto a Blue train o When was a child,
ambiciosas, intento de romper y grandilocuencia. Ya se observa en los títulos
de las canciones, en realidad quieren recoger la tradición de temas del Houses of the holy
como The rain song y No quarter pero con una musicalidad innovadora y que
quiere ser como todo el álbum, más sofisticadas pero son más imperfectas.
Yo
agruparía Upon a golden horse, Please read the letter y Burning up; no son tan
ambiciosas pero por lo tanto el resultado para mí es mejor en las tres.
Please
read the letter está versionada en el disco de hace pocos años de Robert Plant
y una de las divas del country y del americana Allison Krauss con la producción
de T. Bone Burnett donde sí se aprecia en esta versión country el desnudo de la
canción que queda totalmente transformada, y de Burning up solo decir que el
cambio de ritmo final de la canción fue muy criticado en una reseña que leí no
hace mucho; para mí es de lo mejor del disco y es herencia de los discos de los
setenta.
Y como
de Most High ya he hablado suficiente
solo nos quedan cuatro temas que los agruparé por parejas: la siete y la
ocho y las dos con las que finaliza el disco.
Heart
in your hand y Walking into Clarksdale, en principio estas y las otras dos son
las que menos me gustaban del disco, me resultaban un tanto aburridas años
atrás pero ahora las aprecio por complejas, serias y si se puede decir de algo
hecho por ellos, discretas.
Y House
of love y Sons of freedom quieren ser un contundente final y dar carpetazo al
disco, son canciones no muy largas y como en el tono general, pero aquí más,
quieren innovar; el ritmo electrónico de House of Love, que “se me acaba de
ocurrir” pudiera tener relación con aquel ritmo de batería inolvidable y tantas
veces imitado de John Bonham en When the levee breaks, “que influyó incluso en
la música electrónica”, pero tal vez pudiera ser solo una sensación particular
mía.
Sons of
freedom es el final y quiere “o es” tan potente como el Immigrant song, o el
Feeling hot de Page y Coverdale, en cuanto a calidad general estaría en un
puesto intermedio de las dos siendo Feeling hot la que menos me gusta de aquel
disco con unos coros que me recuerdan a ¡Bon Jovi¡.
Sons of
freedom tiene la búsqueda del sonido, es más exótica, fallida, haciéndose
pesada y House of love en este último aspecto no me resulta mejor.
Creo
que es un buen disco viniendo de quien viene con sus pros y sus contras, pero
no se puede comparar con ningún disco de la exitosa época pasada de estos
músicos más sus otros dos geniales colegas de aquella formación entre el año 68
y el 80, pero es muy meritorio y con todos sus aciertos y defectos,
efectivamente no lo podría haber hecho un cualquiera.
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