La reflexología podal es una técnica de
masaje en el que se trata de presionar en los puntos reflejos del pie para
producir la curación de diversas dolencias.
Es una técnica sencilla y muy eficaz que
actúa estimulando y equilibrando cada parte de nuestro organismo.
En los pies se ha demostrado que existen gran
cantidad de terminaciones nerviosas que al presionarlas provocan que la energía
del cuerpo fluya siguiendo ciertas rutas, conectando cada órgano y cada
glándula con su punto final o punto de presión en los pies. Así pues, todas las
partes del cuerpo tienen su zona refleja en los pies. Realizar masajes sobre
puntos reflejos determinados permite destapar los canales restaurando el flujo
energético y a la vez calmar cualquier dolor y reestablecer cualquier
disfunción.
Hay ciertas condiciones en las que la
reflexología puede resultar inapropiada, como por ejemplo, en mujeres
embarazadas no conviene hacer masaje en las zonas reflejas de útero y gónadas.
Excepto en estos casos, la reflexología es
totalmente inocua aunque sea a veces dolorosa. Desde bebés hasta mayores pueden
beneficiarse de esta terapia. Cabe señalar que cuanto más joven sea el
organismo, mayor es la respuesta autosanadora del cuerpo.
La reflexología nos ofrece la oportunidad de
conseguir un estado de relajación profunda, en el cual liberamos tensiones,
calmamos la ansiedad y superamos estados depresivos. Asimismo, se activan los
procesos internos de autocuración propios del cuerpo, llevándonos a una
situación de salud y equilibrio. Combinada con otros hábitos como una
alimentación sana, ejercicio físico frecuente y relajación mental, nos ayudará
a vivir con profundo y auténtico bienestar.
Lida
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