9 de setembre del 2013

TURISMO


¿Es tan bueno el turismo como pregonan?

Hay muchos tipos de turismo pero normalmente o mayoritariamente es en una dirección determinada o al menos el turismo que más conozco; de norte a sur, o del frío al calor, que por ejemplo podría ser de los países desarrollados a los que están en vías de desarrollo; de Europa o la América anglosajona al tercer mundo estos mismos muchas veces pueden parecer lugares paradisiacos, aunque viendo sus tipos de sociedades no lo serían tanto.

También a una escala más pequeña del centro y norte de Europa al sur del mismo continente que sería el caso que nos atañe a nosotros.

Hay muchos tipos de turismo que recibimos aquí en Barcelona y Catalunya pero para mí el que debería de primar o se debería hacer prosperar y proteger desde aquí es el turismo familiar y si se puede ligar esto con el cultural mejor a nivel de todo el país, porque aquí tenemos de todo, desde el románico hasta playa y desde modernismo a bellos paisajes o incluso el esquí alpino. La península ibérica es un apéndice suroeste del continente europeo, España y Portugal incluso se podría incluir al pequeño estado de Andorra. Es prácticamente un continente en pequeño debido a su variedad, incluso Catalunya podría ser una península ibérica en pequeñito, porque aunque suavizado se encontrarían casi todos los climas y también sus peculiaridades, lo que le da un potencial casi ilimitado para el turismo.

Dentro del turismo que recibimos está el familiar y el cultural claro que sí, que es el que yo defiendo debido a que es de más calidad en cuanto que se deja más dinero y es mucho más civilizado.

Hay otros tipos de turismo que no lo son tanto como el de pan y sardina que suele venir del centro y norte de Europa y lo protagonizan jóvenes y que buscan lo que no encuentran en sus países; sol, bebida barata y mucha permisividad y diversión y que se genera cada vez más en parte por las peculiaridades de nuestro país, por ejemplo Sanfermines o las fallas de Valencia u otros como la tomatina de Buñol por poner algunos ejemplos clásicos o actuales.

Este tipo de turismo no suele reportar muchos beneficios a la economía del país, pero sí mucho desorden y molestias, muchas veces a la sufrida gente que vive en estos sitios de tanto ocio.

Suele haber de todo desde borracheras, pasando por todo tipo de drogas entre ellas las de diseño, hasta mucha barbarie ya que hacen aquí lo que no se les permite en sus países, también gamberrismo y una total falta de respeto general.

En muchos pueblos de la costa catalana suelen llegar en autocares a un hotel ya concertado desde el país de origen, y su plan es el de la playa durante el día, eso sí, siempre con la bebida a cuestas, y cuando llega la noche van a discotecas muchas veces solo para ellos, y así rojos como gambas de todo el día bajo el sol van a las discotecas donde se mueve de todo y que no se limita al alcohol y todo lo demás, incluyen por ejemplo otras actividades como eso que se ha puesto de moda últimamente “ el balconing “ cuando llegan a su hotel a dormir la mona o por el día, como una diversión por otro lado muy peligrosa.

También habría que avisar al turista de las contrapartidas, como suele ser el robo de carteras, móviles y otros objetos de valor, también pecando por inocentes en estos temas, incluso para cosas tan obvias como los trileros en el centro de Barcelona, y es que nuestro país es cada vez más inseguro, sin contar que en muchos bares y restaurantes hay un precio para los nacionales y otro para el turismo. La verdad es que deberían saber donde se meten, sobretodo en algunas calles del casco antiguo de Barcelona por ejemplo.

He hablado de las circunstancias del turismo, aunque me dejo muchas cosas y tal vez debería hablar del futuro del sector en el país, porque hay lugares o países que nos lo pueden arrebatar por ser metafóricamente “ vírgenes “ al no haber sido sobreexplotados, y muchas veces en el mismo mediterráneo como Croacia o Turquía y otros países como este último y que también son musulmanes y que tienen y cada vez más el problema de la inseguridad. Pero que también siguen siendo una amenaza para el sector.

Sólo me gustaría decir y volver a incidir en lo del turismo familiar. Pero dada la idiosincrasia española resulta complicado, sobretodo si en un restaurante a un padre de familia le cobran el triple de lo que el núcleo familiar ha consumido, o si les pueden desaparecer alguna maleta en cualquier momento desde que han puesto el pie en el aeropuerto o desde que han puesto el pie en la terminal.

La verdad es que todo esto es un problema por parte de los naturales del país y del turista mismo, tal vez sea un problema sin solución, por lo tanto casi lo único que podemos hacer, cada vez que se vea un turista o grupos despistados es avisarle o aconsejarle dentro de lo que se pueda, y haber si las propias autoridades pueden hacer lo mismo dentro de lo posible, sé que esto en el fondo solo son parches que se pueden poner, pero que le vamos a hacer.

Para acabar entre muchos otros, también está el problema del inglés que aunque idioma casi universal muchos no dominamos en este país.

E.

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