Caminas por un camino oscuro, nunca habías estado allí y tienes miedo. Caminas por un sendero estrecho. Escuchas ruidos fuertes de pedos.
Sigues por la línea blanca.
- Te quedas parada.
- Sigues por la línea azul.
- Te tiras al lago.
Preguntas absurdas que aparecen extrañamente en tu mente sin explicación.
Parada de miedo te escondes tras un árbol y ves algo que a grandes zancadas sale huyendo delante de ti, dejando una ristra de sonidos y un hedor desagradable por un montón de pedos incontrolados.
Sigo el olor con algo de miedo pero no veo nada. La oscuridad es total.
Al fondo una puerta. ¿Qué hago? ¿Entro? ¿No entro? Tengo el móvil sin batería.
No me queda de otra más que entrar e intentar cargar el móvil.
Mientras escucho el sonido de la apertura de la puerta me escondo rápido. Tiemblo. Es él. No puede ser. Está muy guapo.
Se mira en el espejo. Se peina, se lava las manos, sedosas y suaves. Sus ojos azules enamoran a cualquiera. Le falta uno. El que yo le arranqué.
Lo hice por amor.
Quería un recuerdo suyo.
Él tiene dos y son preciosos.
Se acaricia el vientre y pone mala cara. Su mejor amigo, Miguel, aparece.
- ¿Qué tal estás?
- Diarrea, algo me hizo daño.
Recuerda cuando lo vio brillar de la emoción hablando de Su.
Nunca se la quiso presentar. "Es maravillosa, es estupenda, es pura magia. Me ama. Sólo me quiere para ella".
Ángel hacía deporte. Dejó de hacerlo. Él era divertido, social, se volvió solitario. Sólo hablaba con ella.
Ángel se dobló de dolor. Miguel salió a buscar ayuda.
Sentado en el suelo del baño le pareció ver algo que conocía bastante bien.
Se le heló la sangre.
Su corazón latía con fuerza.
No. Sí. No. No sé qué quiero.
Miguel entró con un medicamento y le ayudó a tomarlo.
- Esto te hará bien.
- ¿Qué tomaste para estar así? Nadie está como tú. Piensa en la mesa, tartas variadas, bebidas de colores, bocadillos, el té de Su...
- ¿Bebiste el té de Su?
- Sí. Y empecé a sentirme mal.
- ¿Qué hacía allí? Trata de descansar. Voy a por tu mamá.
Cerré los ojos y apoyado en la pared algo húmedo me acarició el pelo. Apreté más los ojos, el miedo me paralizó.
Esa sensación era conocida.
El portazo fue sonoro. Miguel y su madre entraban.
La mano desapareció.
Mamá estaba muy confundida.
- ¿Cómo bebiste de ese té? ¿Y cómo llegó hasta allí?
- Era el té de Su, mamá.
- Estás loco, hijo.
¡Gritos! Empezaron a discutir. Lo que menos necesitaba eran gritos.
Sí. Yo la quería, sí. Y ella me quería a mí, a su manera. Pero, ¿por qué me trataba de esa manera?
Seguro fue un error. Sí, seguro fue eso. Ella me ama.
La perdonaré otra vez.
No es su culpa.
Me levanté del suelo y me miré al espejo. La falta de un ojo daba a mi cara una extraña expresión.
No sé cómo llegó a esto.
No lo recuerdo.
Su risa.
Ella quería un recuerdo.
Yo me reí también.
Hasta que vi mi ojo en su mano sangrar....
Mi madre cogió mi mano con cariño.
- ¿Te sientes mejor?
- Sí, gracias, mamá, mi estómago parece que está mejor. Miré a Miguel....
El sonido del silencio duele. Las gotas de sudor caen. Mis manos tiemblan. Aprieto los dientes. Me apoyo en la pared.
Su gritó muy fuerte.
La realidad supera la ficción.
No puedo hablar desde entonces. No tengo voz. No tengo lengua.
Los sonidos de la Policía y ambulancias son atronadores.
La noticia invade tanto las redes como televisión y prensa.
En un baño de un famoso restaurante un atroz y sangriento asesinato. Dos víctimas, un hombre joven y una mujer mayor.
Los forenses han trabajado muchas horas pues los cadáveres estaban repartidos por todo el baño.
Se desconoce el o las armas utilizadas y se desconoce si fue una sola o varias las personas que cometieron este brutal acto.
Se conocen los nombres de las víctimas, pues son los únicos que faltan en la lista de invitados a la fiesta.
No se ha podido localizar a la organizadora de la fiesta y nadie ha sabido dar ningún dato sobre ella.
Nombre: Susana CH. Sin más, no hay más datos.
La policía no da crédito a semejante historia.
Su, por supuesto, nunca fue vista por nadie.
Hola, soy yo Ángel. Aquí estoy, encerrado desde entonces. Sin poder hablar.
Total, ¿para qué?.
Por si me lees. Te amo Su.
Patry Ros