25 de gener del 2016

EL ESTIGMA


Quiero tocar este tema que puede ser peliagudo, pero para mí y mucha otra gente es fundamental, y ya saben a qué tipo de estigma me refiero con el título de este artícul,: el que nos ha tocado a este colectivo, y a la gente que colabora en esta revista y que está dentro de él. Aunque en realidad me tendría que referir a la gente con enfermedad mental entre la que me encuentro, y lo del estigma que trata este artículo me sale de una manera urgente, tensa, agresiva, y ahora que he empezado a hablar de ello es como una pulsión que quiere salir de dentro de mí, por el tema que es y cómo me afecta.

Es una realidad que estamos estigmatizados desde siempre, solo que antes, hace más de cincuenta años y por supuesto durante toda la historia a las personas con esta problemática se nos encerraba, maltrataba incluso se nos negaba hasta la propia humanidad quitándonos todos los derechos, se nos negaba la pertenencia al género humano, por ejemplo en la Alemania nazi se nos intentaba exterminar al igual que a otros colectivos, pero como he dicho antes, no éramos personas. Fue a raíz del descubrimiento de los neurolépticos, los antipsicóticos, etc., Cuando la cosa empezó a cambiar porque sino la mayoría de nosotros estaríamos encerrados en algún pudridero. Bueno, los nuevos medicamentos dieron un vuelco muy grande a la situación, En su profundidad, que cosas como los manicomios, las lobotomías o corrientes y otras cosas ya no eran necesarias, salvo excepciones, y ahora sustituidos por centros de régimen abierto, como los centros de día, donde se procura ayudarnos en lo posible siempre conjuntamente con las medicaciones. Claro que todo esto solo serviría en el llamado primer mundo porque en el resto del planeta la situación es la depravación absoluta del ser humano y no solo con los enfermos mentales que es más terrible si cabe, sino para la gente en general.

Esto es una explicación que daría para otro tema sobre la salud mental y me la estaba planteando, aunque eso solo sería la punta del iceberg, y sin pretensión ninguna por mi parte daría para un libro; hay mucha gente apta para hablar de ello y se ha hablado infinidad de veces pero no bajo mi prisma u opinión personal como tantas otras personas tienen la suya. Evidentemente yo no escribiré un libro pero necesitaba hacer esta aclaración.

Los estigmas tienen un motivo de eso no hay duda y esto queda explicado más o menos con lo que he comentado anteriormente y también un origen, el de la enfermedad mental, ha existido siempre y la cosa no ha cambiado, se ha transformado, teniendo una estabilidad puedes vivir más o menos con cierta calidad de vida pero los medicamentos no son efectivos al ciento por ciento, y siempre hay gente, una minoría, “aunque suene a tópico” desequilibrada o mal medicada, que si encima ya no son personas recomendables “porque no todo el mundo es bueno” sería como activar una espoleta al asunto.

Se nos puede estigmatizar a la mayoría, que ya sufrimos suficiente para que ya haya hijos de puta que te señalen con el dedo. Hay muchos factores que no ayudan, por ejemplo en los medios de comunicación, con los típicos programas de sucesos o amarillistas aplicado el término a cualquier medio de comunicación. También está la gente de la calle; que si este está loco jijiji, jajaja “lo típico”. O volviendo a los medios; en cualquier ámbito como la televisión donde hace gracia hacer “coña” con la enfermedad mental. Comentarios jocosos como ¿te has tomado la pastilla?. Como por ejemplo cierto hijo de puta de “la Sexta” que va de gracioso pero que yo no le veo la gracia por ningún lado, y como este muchos, muchos, muchos. Yo solo espero que a esta gente igual que a mucha gente de la calle que también nos tiene estigmatizados; que no les pase esto a ellos o a alguien cercano, como un familiar, porque entonces van a saber lo que es sufrir, y de verdad. Yo mismo de niño por ejemplo me hacían mucha gracia los chistes o anécdotas de locos, en realidad sin tener la mínima idea de lo que era eso, aunque ahora no lo veo gracioso sencillamente y lo vuelvo a repetir. Eso sí con amigos o compañeros del colectivo sí que los contamos para desdramatizar, pero no para hacer daño, principalmente por que el daño lo sufrimos nosotros.

Qué que se puede hacer para cambiar esta situación; la verdad es que no lo sé, la sociedad va cambiando, espero que también esté tomando consciencia o conciencia del problema, además que el tema de la enfermedad mental, entre otras patologías van a ser las enfermedades del siglo XXI, como por ejemplo el cáncer o el Alzheimer, solo que la enfermedad mental no tiene cura solo paliativos, por desgracia tampoco el cáncer en muchas ocasiones y el Alzheimer que tampoco tiene cura, también hay las llamadas enfermedades raras, y que son desgracias que al igual que el “estigma”, nos pueden tocar a todos.

Espero que todo esto se vaya comprendiendo más con el tiempo, porque pronto, sino ya, todo el mundo va a tener amigos o familiares con esta patología, solo que las otras enfermedades reseñadas anteriormente producen pena o lástima a la gente me refiero empáticamente, a nosotros no nos comprenden o no pueden comprendernos y somos los locos. En las noticias por ejemplo, los que han matado a tal o cual, los que con un arma de fuego siembran el terror entre los inocentes ciudadanos y siempre recalcando que el agresor padecía este u otro trastorno psiquiátrico.

También hay personas bienintencionadas, muchas veces del colectivo de trabajadores de la salud mental que aclaran que los enfermos tienen exactamente el mismo grado de peligrosidad que cualquier persona de la calle o normal entre comillas, sobre todo si estos están bajo el efecto del alcohol, u otras drogas que son ilegales. Esto no sabría decir yo si es del todo verdad o es una verdad a medias. Hay muchas patologías que sí pueden ser peligrosas, están los frenopáticos o los centros de larga estancia. Todo esto también se tiene que contemplar en el conjunto del tema. Digamos que un enfermo mental salvo excepciones que normalmente no están en la calle, no es una especie de monstruo, y en muchos casos sufrimos mucho a causa de la enfermedad, y el estigma también nos hace mucho daño, tampoco se libran de culpa algunos trabajadores de la salud mental, yo he encontrado aquí a gente que me ha hecho mucho daño, y de esto no voy a explicar más, solo decir de gente que pensaba que yo no me daba cuenta de las cosas; pero a mí las malas miradas, los comentarios y los ataques velados, se me clavan como puñales, en el momento, yo los guardo en el disco duro, y más tarde con tranquilidad, los analizo y llego a mis conclusiones, decía que no iba a explicar más sobre mí, y no lo haré, afortunadamente la mayoría de trabajadores de este sector no son así, la prueba es la publicación de este artículo en el blog. Aunque también me gustaría decir que a la hora de decidirse que van a estudiar de jovencitos, llegado ese momento clave, deberían pensarse muy mucho lo que van a elegir, sobre todo tratándose de un tema tan delicado.

Volviendo a lo anterior los enfermos mentales, sí podemos ser peligrosos en algunos casos debido a la enfermedad, pero sobre todo por el ambiente en que nos encontramos incomprensión, la duda, la desconfianza, y muchas actitudes crueles, como la burla, la no aceptación y encontrarse en una situación de indefensión, presión y algunos puntos más que unidos a un desequilibrio en la medicación, o no llevar encima un seguimiento o un apoyo moral muchas veces, llevan a la violencia o al suicidio.

Yo sé que mi enfermedad es para toda la vida, con temporadas mejores y temporadas peores, pero seguirá en línea descendente hasta los infiernos como digo yo. No sé cuanto viviré, todavía no soy una persona mayor, ni siquiera de mediana edad siguiendo los cómputos u opinión general actual. Yo solo sé que ya llevo veinte años con esto, “que se dice pronto”, y que aparte de lo mental los medicamentos “cascan”; te joden el estómago, hígado, riñones, páncreas, todo en general, aunque esto no lo digan para no alarmarnos, en fin, también hay mucha gente del colectivo que toma medicaciones más fuertes que la mía para poder funcionar, en fin otra vez, el estigma, porque de eso se trataba, he ido dando vueltas sobre el tema, pero creo que así o poniendo mi granito de arena como se suele decir se pueda entender o concienciar un poquito más sobre el tema este de la salud mental.

Solo que antes de estigmatizar a alguien piensen en todo lo dicho, he hablado también un poco sobre mí, y en realidad no quería hacerlo, o tal vez sí, no lo sé, mi vida ha sido como ha sido y no estoy pasando uno de mis mejores momentos, el estigma, procuro llevar la cosa con discreción, porque si mucha gente de mi alrededor me estigmatizara no sé qué sería de mí. El túnel se va estrechando, y los apoyos se me están tambaleando todos,… en fin… feliz cumpleaños.

E.

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