13 d’octubre del 2025

Momentos de felicidad

 

                                                                 

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No sé su nombre, tampoco importa mucho para esta historia.

Ella es delgada, pero con pronunciadas caderas y hombros anchos lo que le daba otro aire a esa delgadez casi extrema. Sus ojos son grandes y con cierta mirada triste y con pelo liso y largo casi hasta la cintura. Tiene sobre unos treinta años y piel oscura.

En sus brazos se podía ver el paso de su vida, las marcas que su autocastigo habían dejado, señales de tristeza, señales de soledad.

Sus días transcurrían de una manera monótona, trabajar y volver a casa a su refugio, su calma era una vida sin alicientes, sin motivaciones aparentes, una vida de sobrevivir no vivir.

Ella buscaba el amor alguien quien rompiera su soledad, pero es peligroso buscar el amor, el amor aparece se encuentra, no se busca.

Por fin en una de sus múltiples búsquedas del amor encontró a una persona que le correspondía que estuviera por ella, pero era un amor casi imposible de corresponder compartían momentos de felicidad, momentos de lujuria y eran casi algo, no eran amantes, ni amigos con derecho, se llamaban y apagaban sus ganas hasta un nuevo momento de felicidad.

Que duro es conseguir el amor si no es correspondido en la misma manera o intensidad, eso pensaba ella cada vez que tenía los encuentros con su amante.

Todo acabó el día que ella descubrió sentimientos en su interior, se habían prometido no tener sentimientos, no contaminar los momentos de felicidad no contaminar eso que eran casi algo.

No volvieron a verse nunca más, este amor o como quieras llamarlo finalizó y su vida continuó, ella buscaba el amor en muchos brazos, muchos errores ¿o no?

En una de estas búsquedas encontró un ser que le calmaba en todo su ser, comprendía su manera de ser y comprendió sobre todo sus marcas tanto físicas y de su corazón. Estaba asustada esto hacía mucho tiempo que no le sucedía, descubrir a una persona así era un tanto abrumador y le daba miedo. Él rompió todos sus esquemas, el amor había germinado en ella y no iba a ser un amor fácil ni sencillo, provenían de lugares diferentes, la sociedad o la familia no lo entenderían, pero ella veía más allá, su amor era incondicional.

El tiempo transcurría y su amor se hacía más fuerte, mantenían largas conversaciones sobre sus vidas tanto pasadas como presentes, se estaban convirtiendo sobre todo en grandes amigos y tenían momentos de felicidad, hacía tiempo que no le pasaba a ella. Todo tiene un tiempo y un espacio y estaba sucediendo lo que hacía tiempo que ella deseaba, pero todo parecía difícil, complicado a la vez que su cabeza no paraba de repetir que debía vivir el momento y dejarse de pensar en lo que racionalmente es óptimo o no para ella o mejor dicho para la sociedad.

Ella decidió vivir este amor con libertad y sin prejuicios, le aportaba mucho en todos los sentidos. Decidió enfrentase por fin a sus fantasmas y a la sociedad, familia etc. que marcan los cánones.

Él era extranjero y de otra raza cosa que, aunque no se admita aún se crea prejuicio en esta sociedad aparentemente evolucionada y libre.

Sus sueños se hacían realidad ya no buscaba momentos de felicidad ahora tenia la felicidad en su corazón y en sus brazos. Sus ojos dejaron de ser tristes y las marcas de su piel parecían no existir y las señales de la soledad se atenuaron.

Volvió a ser una mujer llena de felicidad y libre de sus propias torturas, su vida comenzó de nuevo.

Anuska

29 de setembre del 2025

Un autoretrato de la dependencia y la auto censura


Foto extraida de: https://es.pinterest.com/pin/677862181459780474/

Desde lo más profundo de mi ser, emerge una historia de una niña que con el tiempo se convirtió en una mujer que, aunque ahora resiliente, carga con el peso de patrones arraigados desde su infancia.

Que se encuentra luchando aún contra la dependencia, el miedo, la indecisión, la inseguridad y como no, esa baja autoestima que no la ha dejado avanzar en la vida y solo le ha traído problemas y desconsuelo, que la incitado a desconfiar tanto de sí misma, como de los demás, distorsionando la realidad y la ha puesto un nudo en el cuello a la hora de poder dejar explicarse como se sentía y torturándola como compensación a volverse una persona extremadamente exigente consigo misma para poder mermar ese dolor interior que tanto quemaba, además de experimentar una hipersensibilidad por lo que le rodeaba en su vida.

Este artículo, es un intento de desentrañar el origen de esos patrones, que se fueron gestando a través de los años en mi niñez, además de dar a conocer como muchas personas de edades parecidas a la mía, han sufrido esta educación y posiblemente en su vida adulta, se les hayan quedado pequeños estigmas o incluso patrones que ni siquiera ellos mismos son capaces de observar.

De niña crecí en un hogar, donde la precariedad y el estrés marcaban mi día a día. Eran otros tiempos, tiempos donde las jerarquías estaban mucho más marcadas y el respeto y el miedo a la equivocación eran los primeros de la lista. El trato de padres a hijos era mucho más severo y no se tenía mucho en cuenta la vulnerabilidad de los más pequeños, todo se trataba de obedecer y callar, además, la economía en esa época no fluctuaba muy bien.

Aprendí a callar mis deseos y emociones ya que parecían incomodar o no ser escuchados y tratados como no primordiales, y decidí empezar a buscar la validación y atención fuera de mi círculo familiar.

En casa no es que se hiciera de forma explícita, pero pedir algo o expresar algo les suponía una carga, y no quería añadir más leña al fuego, ya que tenían bastante con la vida que nos había tocado vivir de preocupaciones ,como las filigranas que realizaba mi madre cada día para poder poner un plato de comida en casa en condiciones, para sus dos hijos pequeños( mi hermano y yo, la mayor),añadido a nuestra educación, mientras mi padre se rompía el lomo trabajando todo el día fuera de casa hasta las tantas.

Otro de los matices que marcaron mi vida fueron los estudios, ya que mis padres realizaban todos esos sacrificios por nosotros, como mínimo lo que yo podía hacer, era no añadirle otro problema a su saco. Pero me fue como bastante imposible hacerles felices, puesto que mi preocupación por su bienestar y la situación que vivíamos en casa, a mí me estaba afectando demasiado, además de tomar el rol de protectora de mi hermano pequeño y recibir el bullying que me hacían mis compañeros mi mente divagaba en todo, menos en los estudios.

Se me humilló por ello, dejándome una huella clavada en el pecho y convirtiendo a esa niña pequeña, callada, atemorizada, insegura de sí misma, no apta para los ojos de los demás. Nunca era suficiente, y siempre buscaba la aprobación de los demás y aún así yo misma nunca estaba contenta con los resultados y me sentía vacía por dentro. Tantos años de comparaciones con los demás, tantas humillaciones “no sabes”, “no vales”, “burra”, “inútil”, “nos has defraudado”, “solo nos das problemas” …

Solo recuerdo con grata claridad, esperar que llegará el anochecer para poder acostarme y empezar a soñar en ese mundo perfecto que deseaba. Lastima que al despertar todo se volvía a desvanecer.

Cuando echo la mirada atrás, siento ternura por esa niña pequeña que solo quería ser aceptada y querida. Ahora a mis 48 años comprendo el origen de todo y tengo un largo camino para sanar estás heridas. Pero como dicen “MÁS VALE, TARDE QUE NUNCA”.

Niuska

15 de setembre del 2025

Aventura Puchu


Foto extraida de Google:
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Hoy, 16 de junio de 2025.
Por prescripción terapéutica me recomendaron escribir. En casa lo intenté, pero como la mayoría de las cosas que hago para mi misma no lo conseguí. Eso sí, buscar soluciones, se me da bien. Así que, propuse a mi referente del Servei Rehabilitació Comunitaria Burriac, poder participar en el espacio de Revista de Bricura. Y aquí estoy, empezando mi nueva aventura. De momento, es una incógnita que va a ser este embrión. La verdad es que empiezo con muchas ganas, pero con mucha incertidumbre. La misma incertidumbre, que tiene mi vida ahora. Es cambio de etapa, acaba la rutina de mis clases, empiezan vacaciones, tres meses donde vienen mis miedos a no tener una vida llena, tener un tiempo vacío. Miedo a caer en depresión por perder la rutina, la estabilidad. Pero, mi lema es ante un problema buscar una solución, por eso ha empezado la búsqueda del voluntariado, diferentes entidades, diferentes profesionales y servicios que me apoyen en este sentido.
Creo que el otro día escribí más cosas, pero la verdad es que no lo recuerdo. Así que continuaré desde aquí de nuevo. Ya han pasado 15 días, nos hemos plantado casi en julio.
Hemos pasado Sant Juan, y lo he disfrutado muchísimo. En un camping situado en Santa Susana, con buenos amigos. Unos días de piscina y playa, relajación, como si fueran unas vacaciones.
Después San Pere, las fiestas mayores de mi pueblo, El Masnou, desgraciadamente hace 20 años que ya no las disfruto, pues fue cuando tuve mi primer brote, y desde entonces tienen un sabor agridulce para mí.
Aquí estoy de nuevo, y me gusta decir que me siento bien.
Hoy escribiré una historia que hace semanas que redacte. Mi psicóloga me planteo una pregunta.
¿Qué pasa si me pongo bien?
Lo primero que me vino a la mente fue, fuera psiquiatra, fuera psicóloga, fuera Centro Rehabilitación Burriac, pensé en miedo, en negativo. Pasada una semana, vi las cosas diferentes. Me vino a la cabeza el concepto transitorio, el tener y no ser “bipolar”. Conceptos como voluntariado e incluso trabajo, pero me es difícil pensar un trabajo de 1800 euros después de mas de 20 años sin trabajar. ¿Y si no puedo levantarme?, entonces es que no estoy bien. Pero bueno, he de centrarme en la premisa, de que pasa si me pongo bien.
¿Es un poco contradictorio, puedo ponerme bien y seguir tomando medicación? Pues porque no. Estar bien no significa, no tener los apoyos necesarios. Ni tampoco trabajar ordinariamente, es decir 40h.
Pues sería ideal, y eso es lo que busco, ¡ponerme bien! Y, ¿qué me hace ponerme bien? Orden, rutina, ejercicio, ponerme guapa, comer bien, ocupar mi tiempo, tener amigos, socializar, divertirme, aprender, ganar dinero.
Supongo que es cuestión de aceptación de la bipolaridad, hay que saber vivir con ella y manejarla. Eso es estar bien, también.
Pues un trastorno crónico no se cura, se aprende a vivir bien con él. Sin tanta negatividad, ni hablarse mal a uno mismo como hago muchas veces.
Hoy quiero hablar del miedo, miedo que tenía hace unas semanas a la falta de rutina, y ni tan mal me ha ido. Muchas veces nos adelantamos con el pensamiento a lo que va a ocurrir, y son puros fantasmas. Nunca ocurren las cosas exactamente como imaginamos. Poner de nuestra parte, pensando en el día a día.
Y empezó septiembre, un verano bastante bueno. La clave es la actividad, no quedarse en casa sin hacer nada. Tener cosas que hacer creo que es una de las mejores terapias que hay. Tener una rutina, saber que vas a hacer durante el día, hace que no te sientas perdida. Y de eso se trata, organizarse para tener el tiempo ocupado. Y ahora es el momento de cuadrar las actividades para el curso.
Proponerse nuevos propósitos. El más importante es perder peso y mantenerme activa. Para eso hay que tomar acción, ya pedí hora para la enfermera del CAP. Con su ayuda haré un seguimiento para mi dieta. He de perder muchos kilos y debo hacerlo poco a poco. Para mantenerme activa, crearé un cuadro de actividad semanal donde me ayudara a orientarme diariamente qué debo hacer, y así no sentirme perdida. Este año no me propongo más propósitos, pues estos dos son importantes y globales. Prefiero marcarme pocos objetivos y poderlos alcanzar, que no demasiados y no realizarlos. El hecho de plantearme metas me motiva, pues cada día debo realizar un pequeño paso para alcanzarlas. Nos leemos en el próximo BRICURA!!

Puchu

28 de juliol del 2025

Quien soy...

                                                    

              Foto extraida de: https://medymel.blogspot.com/2017/11/no-se-quien-soy-amnesia.html

Me pregunto esto cada día desde hace una eternidad, bueno exactamente cinco años y no obtengo la respuesta ¿Cuándo dejé de ser yo para llegar a ser una sombra de mi propia libertad? Vivo en una cárcel creada por mí misma llena de soledad y falta de libertad.

Hace tiempo que siento que no soy yo, el tiempo ha pasado y como un espejismo me he diluido en mi propio e incierto destino como un gramo de sal en el océano, hasta mi aspecto físico ha cambiado, todo ha cambiado…me pregunto tanto ¿Por qué y desde cuándo sucedió?

Puede ser que alguien o algo esté manejando mi destino y como una marioneta me muevo a su son (sí fuera menos incrédula sobre estas cosas no lo descartaría), pero por suerte todos somos dueños de nuestra vida o por lo menos de como ir llenándola según transcurre.

Sí así me siento ahora manejada por un destino incierto, hacia donde voy es mi gran incógnita, no encuentro el camino, mis ojos están cegados por mi enfermedad que no me deja ver un horizonte, un destino o una motivación para seguir. Es duro decirlo, pero es así, motivación es lo que me falta para seguir en esta vida que no he elegido.

¿Tú qué harías si no fueras dueño de tu destino? Piénsalo bien, tal vez te encontrarías como yo, una marioneta llena de medicación para no pensar y con un destino incierto cuando lo tenías todo y tu vida da un giro imprevisto, aunque toda la vida sabes que algo pasa por eso no me sorprende tanto en el fondo este cambio drástico en mi vida siempre he vivido en una montaña rusa, mi carácter, mis actos todo refleja mi interior y mis cambios anímicos.

¿Quién soy? Eso es lo que debo buscar en mi interior y manejar de una vez yo los hilos de la marioneta y no sucumbir al destino incierto, crearlo yo misma de una vez, me faltan herramientas, muchos gurús, compañeros, psiquiatras psicólogos te dirán que es el momento de la introspección de mirar dentro de ti...

¡Ya lo sabes ha llegado tu momento, de conocer quién eres o mejor dicho quien quieres ser a partir de ahora mismo!

Anuska

2 de juliol del 2025

Isa



Isa y su soledad caminaban solas por la calle, era muy temprano y hacía frío. Los comercios y bares de la zona recién abrían sus puertas o alzaban sus persianas, se oía alguna voz, un arrastrar de sillas y mesas para preparar las terrazas...

Notaba el peso de la bolsa de plástico, sentía cómo si le cortase los dedos. Llevaba algo de fruta fresca que le encantaba para comer. Recuerdos del Caribe. Frutas exóticas… Mango, Aguacate, Cocos y los ricos Mamoncillos que tanto le gustaban, quizá una Chirimoya, Caimitos o Guayabas… Todo aquello que le recordase a casa. No era fácil encontrar todo lo que hubiese querido, pero en la cercana Boquería había un puesto donde tenían todo tipo de fruta. Realmente disfrutaba yendo allí cuando había fulitas. El hijo de la dueña, Herminia, al que ella conoció de chama y no mucho más que de vista, acabó siendo delegado comarcal de la Falange. Armando creyó recordar que se llamaba. Un tipo grande, anodino con unas gafitas redondas y un bigote fino. Recordó su mal olor corporal, algo contra lo que él no podía luchar. Su titulación en medicina le dijo que Bromhidrosis se llamaba su enfermedad. Curiosas vueltas que daba la vida. Pensó en ello mientras caminaba. ¿Dónde habría ido a parar? Nunca te hubieras imaginado que alguien como él acabaría acabando donde acabó. Una lástima, porque no era mal chaval, ideas equivocadas. ¡Total! Un desperdicio.

Éste y otros muchos pensamientos le acompañaban en su camino. Tras un cuarto de hora a paso ligero llegó a un portal casi invisible, humilde pero limpio, metió la llave en la cerradura mirando siempre a los lados antes de entrar. El Barrio Chino era por aquel entonces un lugar donde había que ser precavido, no todo el mundo era de fiar y los yonkis, cuando no tenían para meterse su dosis eran capaces de todo. Se volvían cómo locos, y con su ondular zombi, cómo barcos que navegan ya hundidos se te pegaban cómo una lapa intentando conseguir algo de ti, siendo muy difícil quitártelos de encima. Lo bueno del barrio era que era barato, aunque peligroso.

Isa lo sabía perfectamente y obraba en consecuencia. Subió las escaleras hasta el segundo piso notando como se abría la mirilla de Doña Asun, sintiendo su mirada en la nuca. Luego, al cerrar... un clac repentino. Siempre lo hacía. Justo delante le esperaba la puerta de su casa, abrió y por fin dentro pudo soltar la bolsa, abriendo y cerrando la mano dolorida para reactivar la circulación. Justo en la sala le esperaba aquel sillón que dos chicos le ayudaron a subir de la calle, donde dormitaba al lado de un contenedor de la basura, aunque sin estar en muy mal estado. Tampoco podía ser muy exigente.

Cansada, se sentó, o más bien se dejó caer en él. Apenas recordaba la cantidad de hombres que navegaron sus caderas la noche anterior. Siempre le ocurría. Pasado el tercero, los demás se difuminaban en su memoria. La gente cree que una puta nace en la esquina, pero Isa nació en La Habana, con bata blanca y un título de medicina. Cuando le flaqueaban las fuerzas se decía a sí misma: “Aquí curo con mi boca, con mi cuerpo, pero sigo siendo doctora, aunque el paciente no siempre se dé cuenta”. Llevaba haciendo esto desde los dieciséis años, incluso antes de ser temba. Mayor de edad, que dirían en España. Primero en Cuba, siendo una bella joven que siempre tenía una clientela constante de yumas. Gringos arrogantes y prepotentes, y Europeítos en principio más civilizados, pero que en cuanto pisaban la isla y veían el mercado femenino, carne joven y fresca que tenían a su alcance, olvidaban su supuesta civilización y educación superior de la que solían hacer gala, y pecaban. Para ella eran todos iguales.

La titulación universitaria en Cuba no te garantizaba poder trabajar de aquello para lo que habías estudiado. No conocía otra cosa. En su país le llamaban jinetera, aquí puta, y ninguno de los dos términos le gustaba.

Tampoco le interesaba ni quería recordar nada. Se sentía sucia, usada, y sabía que esa misma noche volvería a iniciarse la rueda infernal que se repetía una y otra vez. Necesitaba la plata, la maldita plata. Al final todo se reducía a eso. Y quería huir, escapar… Salir de este círculo vicioso que nunca cesaba, quitarse esa soga del cuello. Volver a casa, limpia y libre. Quería...

Isa despertó con un sobresalto que fue incluso físico. Prácticamente botó en el sillón. Le invadió una sensación de inquietud y malestar cuando vio la luz que entraba por la ventana del salón, luminosa por la mañana, pero gris en ese momento. Se dio cuenta de que se había dormido y no sabía ni la hora que era, pero sí sabía qué había faltado a su jornada en el supermercado donde trabajaba de día. Supuso, sin mucho temor a equivocarse, que iba a ser despedida. Eso significaba muchas cosas, y ninguna buena.

Desanimada se dirigió a la cocina donde se sirvió algo de fruta en una fuente. Volvió al salón dejándola sobre la mesa, con sus cuatro sillas de las que solo se usaba una, que apartó para sentarse a comer. Masticó la fruta de mala gana, su ánimo no le permitió siquiera disfrutarla. ¿Cómo iba a disfrutar de la comida si no sabía que iba a ser de ella en una semana? Su ‘trabajo’ de Jinetera no le alcanzaba para pagar el alquiler, las facturas, la comida y su vida en general. ¿Qué iba a hacer ahora?

Sintió la más pura desolación. Sabía por experiencia que no existían los príncipes azules. Nadie vendría a rescatarla.

En Cuba todas las mujeres sabían que, si se preñaban, el padre desaparecía. Era un hecho consumado y todas ellas lo sabían. Si la vida ya era difícil para el cubano de a pie, la mujer siempre se llevaba la peor parte. Podría decirse que esto era así en casi todo el mundo.

Por supuesto, tu vida resultaba mucho más sencilla si comulgabas con los Castristas. Lo que, en un principio, la revolución de los barbudos fue una respuesta contra la injerencia de los EE.UU. Una negativa total a ser el patio trasero de América, su sala de fiestas, casinos y prostíbulos, pronto se convirtió en otra dictadura en la que los afines vivían bien, pero los que no… apenas podían. Cómo ella, muchas mujeres huyeron de la isla, buscando fuera lo que nunca podrían tener dentro. O eso creían, hasta que cayeron en su error.

Ella eligió España como patria hermana, luego se dio cuenta de que era más bien hermanastra. Problemas parecidos dando igual el lugar o el sitio.

Isa vio de lejos la entrada del supermercado y empezó a sentirse mal instantáneamente. Vio las puertas acristaladas, con los carteles que anunciaban lo que se vendía dentro. Llego y empujó la puerta adelante para poder entrar. Sintió, en ese justo momento, como las miradas de todas sus compañeras se dirigían hacia ella, susurros, pequeños gestos de complicidad, pero no con ella, si no entre ellas. Con el paso firme e intentando controlar sus nervios, se dirigió a la oficina de dirección. El personaje en sí le repugnaba. Un hombre calvo, siempre sudoroso y con una tripa que pareciera una pelota de básquet. Prepotente, desagradable y antipático, seco. La observo como si se tratara de un cubo de basura, sólo enarcando las cejas, cómo preguntando ¿Qué haces tú aquí? Ella, por muy brava que fuera, y lo era, sólo pudo agachar la cabeza e intentar explicarle a este hombre por qué había faltado ese día a su trabajo. Jamás lo había hecho antes, y no le parecía justo un despido tan fulminante. Así se lo dijo a aquel hombre, cómo pudo y le salió, intentando contener sus lágrimas. Estaba mucho en juego, su futuro, su vida… sin más. Él la miraba, y sus ojos pedían sin hablar algo a cambio de lo que Isa necesitaba. Ella, en un solo momento, decidió que antes preferiría quedarse sin ese trabajo que acceder a los deseos de semejante cerdo. Le miró, desafiante, a los ojos. Cómo diciéndole que jamás iba a conseguir de ella lo que de ella buscaba, y debió surtir efecto, porque tanto macho que era, se fue apocando poco a poco y al final musitó ‘Bueno Isa, creo que te puedes reincorporar mañana, pero no vuelvas a dormirte’ .Ella le dio las gracias sin darle la mano. Simplemente una mujer y su dignidad trabajando juntas. Salió de allí con el corazón latiéndole en el pecho como una máquina a 10.000. Revoluciones por minuto. Lo había conseguido. Pseudonimo: Telémaco                                      

1 de juliol del 2025

BOMBAS

 

Foto extraida de:
https://studentsforliberty.org/es/blog/libertad-es-tambien-responsabilidad/

Voy a hablarte de las bombas, pero no de las que hacen correr un mar de sangre, ni de las que intentan defender una creencia, estas ¡No!

Voy a hablarte de unos soldados, pero no de los que matan por la patria, ni los que luchan en nombre de un Dios, estos ¡No!

Voy a hablarte de los soldados de la Paz que lanzan bombas ideológicas, llaman a la puerta del opresor, derrumban murallas que nos separan y rompen los espejos que reflejan la vergüenza del ser humano.

Estos soldados no luchan por un Dios, no luchan por su patria, luchan por nosotros. Sus bombas no matan gente, las cambia, nos abre los ojos a la realidad de esta sociedad.

Nos enseñan a poder brillar en un mundo de desesperanza y soledad en un mundo oscuro, donde la niebla de la hipocresía no nos deja ver el horizonte, donde los malos no están dentro de la prisión.

No me importa tu color de piel, si eres feo o fea, tienes la nariz grande, no me importa tu sexualidad, quiero un mundo libre y lleno de diversidad.

Que, si eres bajo o baja, feo o fea tienes la nariz grande o pequeña, no me importa, igualmente puedes ser soldado, si crees en algo que sea igualdad.

¡Tú puedes ser soldado en nombre de la libertad!!

Anuska

30 de juny del 2025

Con otros ojos


Foto extraida de: https://psicologiaymente.com/psicologia/por-que-tengo-mala-suerte

Cuando nacemos, nuestra vista, es muy simple, solo podemos ver contrastes de luz, sombras sencillas y a medida que crecemos vamos desarrollando. “ Una mirada compleja para todo”, con el tiempo, irán surgiendo obstáculos, acumulando experiencias para reflexionar ante las dificultades de la vida. ¿Quién no ha caído en un periodo de desgracia o mala suerte?. Donde no eres capaz de levantar cabeza, te encuentras con preguntas, ¿porque a mí?, ¿para qué?, ¿qué me pasa?, etc… Son preguntas existenciales, se introducen como un huésped en tu cabeza y van nublando el juicio de la realidad, anulando y gestionando tus emociones. Después de un periodo de tiempo, van cambiando el comportamiento de las personas. Unos dejamos de ser sociables, otros, de alguna manera, el miedo aparece en nuestras vidas, pero no hay mal que siete años dure. Con tranquilad y buena letra todo se consigue, tiempo al tiempo, nada ni nadie hace milagros, pero muchos grandes locos llamados, “científicos” los buscan. Sino maduras y no empiezas a explorar la vida con otros ojos (Mente sana in corpore sana disfrútala la suerte cambia pero depende de ti).