Extraída: https://archive-share.america.gov/es/que-sucederia-si-nunca-se-volviera-a-ver-un-elefante/index.html
Cuando se nos cruza una ráfaga de ideas es difícil quitarla. No es “cabezonería”, simplemente una conversación pura y dura del “yo interior, de la conciencia” que se retuerce tras el ego. La verdad, tenemos tantas caras … Ahora las llaman postureo. Son como capas de cebollas, una protección invisible. Que no somos conscientes de como llegamos a ser o hacer.
La vida nos enseña a vernos en la tesitura de buscar una identidad propia. Por alguna causa o razón vamos dejando mendrugos de pan, para que no se quede el pensamiento en el olvido, en el camino. Hay tantas direcciones por coger, senderos, y atajos por andar... ¡No importa! ¡perderse en él, si la dirección la tienes, tú, o no la tienes, empieza a caminar! A veces vamos como un bailarín dando vueltas en un tiovivo. ¿Es incontrolable o no? Pero no somos conscientes, todo es tan obvio… tan esperado… Tan perfecto que la adrenalina se dispara. Esperas el momento, pero… ¿qué momento?, ¿perderte?
Mª Paz
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